Los platos que deben ser consumidos fríos se descongelan
dentro de la heladera, mientras que los restantes,
pueden pasar directamente del congelador al horno o al
microondas.
Los bloques congelados de salsas, sopas, moluscos..., pueden
ponerse directamente en el recipiente escogido para descongelarse a fuego
directo.
Se les añade un poco de agua o caldo.

Luego se vierte el contenido en el recipiente escogido,
donde el plato se calentará y alcanzará el punto óptimo de cocción.
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